Un juez federal metió freno de mano al plan piloto que la SEP pretendía echar a andar en 960 escuelas públicas a finales de octubre, ya que no era claro.
Una vez más, se comprobó que, de plano, la educación no ha sido el plato fuerte de las reformas que la administración de Andrés Manuel López Obrador ha emprendido durante su sexenio. Y es que, ahora resulta que la Secretaría de Educación Pública (SEP), pretendía que, a finales de este mes, se echara a andar un plan piloto en 960 escuelas para ver qué tal jalaba el nuevo programa de la reforma educativa, del que todavía se desconoce bastante. Nada más para que te des una idea de cómo está la situación, ni siquiera han capacitado a las y los maestros respecto a sus contenidos, y no se sabe ni de qué irán los programas de estudio.
Fue por esta razón que un juez federal de distrito emitió una sentencia mediante la cual suspendió la realización de esta prueba; asimismo, tachó a la nueva reforma de “imprecisa e incompleta”. Y remató diciendo que “es inadmisible que se ordene un piloteo […] sin la emisión y publicación de programas de estudio y sin la capacitación previa de maestros y maestras respecto a sus contenidos”.
Esto se logró gracias a que una organización civil llamada "Educación con Rumbo" emitió desde el pasado 12 de septiembre un amparo donde argumentaba que la SEP ni siquiera si preocupó por consultar a las familias, ni a otros actores de la comunidad educativa, para ver si estaban o no de acuerdo con ensayar dicha reforma.
La SEP se le hizo fácil hacerse de la vista gorda, pues salió a decir que como aún no ha recibido la notificación del juez, va a seguir adelante con el plan y que “interpondrá un recurso de queja contra la admisión de esta demanda y contra la suspensión provisional” dictada. Todo parece indicar que los funcionarios educativos se niegan a quitar el dedo del renglón y que, pese a todo, continuarán con sus planes de impartir esta reforma en los niveles de primaria, secundaria y preparatoria públicas.
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